Imperfección
Derretido de calor en Oaxaca, Santa Claus espera a la noche para tintinear sus cascabeles con la ayuda de las ráfagas de frío. No tiene mucho de qué carcajearse aquí, sintiéndose tan sofocado. Le han de resultar incomprensibles nuestro invierno y nuestra comida. No entiende qué es el “nacimiento” que se pone junto al árbol. Viene nada más a hacer negocio surtiendo los pedidos que lo mantienen en estado de gordura y risa. Está bien: lo aceptamos como decoración. No tiene nada que ver con nosotros, pero ya nos malacostumbramos a él. ENtre tantos mnos, es un mono más.
11.12.08
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