Presentimiento
Se quedó dormido con la tibieza de los abrazos y los buenos deseos, pero al día siguiente, cuando salió a la calle, se sentía extraviado. ¿Qué podía haber cambiado, en realidad? Todo, pero prácticamente nada. Sin embargo la ciudad parecía marchita y abandonada, como si le costara trabajo abrir los ojos, mover los dedos, reconocerse en el espejo. Se retiró asustado a su cuarto oscuro y encendió un cerillo, para empezar de nuevo y poco a poco.
2.1.09
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