Dos viejitas
Iban juntas caminando, flaquitas, chaparritas, frágiles y resistentes en su envoltura delicada de papel y platicaban entre ellas mismas tan rápido y tan bajito, y usaban tantos sonidos de íes así como muchísimos diminutivos quejumbrosillosque sus voces empequeñecidas, casi casi imaginadas eran más bien, sí, iguales a las vibraciones del ultrasonido, imperceptibles al oído humano. Había que imaginar su tintinear más que oírlo, en realidad.
12.1.09
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