Cita a ciegas
Es un farol en la calle de Reforma, a unas dos o tres cuadras del Gonzati, que funciona mejor que los sitios de encuentro de parejas en internet. La burbuja de luz del farol es imán para citas. Su luz amarilla baña la fachada de una casa antigua. De los huecos largos en donde estuvieron las ventanas, se asoman plantas de baldío tras los barrotes de hierro. La pared descascarada parece la orilla de un continente en un mapa y deja ver el muro de adobe. Llegan los desconocidos y escogen sus ventanas. Se toman las manos, se besan, se estrujan, se envuelven, se beben. El farol bosteza y se apaga. Al final los desconocidos se van cada uno por su lado y no se vuelven a ver (o tal vez sí) en la vida diaria.
17.1.09
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