Doble fraude
Aparte de su función decorativa, los autoelogios de un informe de gobierno sirven para no sentir el efecto de los temblores y otros fenómenos.
Su objetivo no es la verdad, sino la disolución de la realidad. Sin embargo, queriendo no mostrar, son tan transparentes como una radiografía. Todos sabemos interpretarlos: sustituimos los adjetivos pomposos y los sustantivos indecorosos por sus contrarios.
¿Las cifras? Las cifras sólo muestran la parte de nuestros impuestos que nos dejan ver.
El problema no es que no lo sepamos, sino la clase de personas en que nos hemos convertido por tolerar esto y más. Lo bueno es que tenemos suficientes entretenimientos como para creer que lo que vivimos no es asunto nuestro.
23.11.08
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