Ulises
Como un ojo verde fijo e intensamente brillante contra el atardecer rosado atrás de lo árboles, el semáforo vigila a las ovejas, que gracias a su fecundidad son cada vez más numerosas. Las irá devorando poco a poco sin que se den siquiera cuenta. Por otro lado nadie puede destruir su ojo vigilante, puesto que el municipio, tarde o temprano, lo sustituirá por otro.
7.12.08
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario