Fantasma
Acostada en la calle, junto al muro de la barda blanca de una casa que ocupa la esquina y que tiene una puerta de doble cochera con tejado provenzal francés, duerme a la sombra, a la hora de comer, una indigente. A falta de algo parecido a una casa se rodea de las bolsas de plástico de sus pertenencias y entre ellas entierra su cabeza. Usa unos tenis viejos y unas largas calcetas de franjas de colores. Uno podría pensar que es sólo el payaso que fue a la fiesta infantil del domingo y que se le hizo fácil quedarse a dormir ahí, aprovechando que iba a tener otra fiesta al día siguiente, pero no: vive al margen, está sola, no habla con nadie durante días y días. ¿Olvidó quién es?
8.12.08
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