Reloj de sol
El calor, durante el día, va aplastando al aire contra el suelo; lo pone espeso y ahí está, debajo de nuestras rodillas o más abajo, casi inmóvil, respirando apenas, aletargado como un reptil, encogido como un gato a la expectativa; pero en cuanto el sol se pierde detrás de los montes al fin lo suelta y corre, el aire, barriendo agobios y hasta penas. Entonces despertamos a la noche.
4.4.09
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