Flotación
Estaba y no estaba la palabra que quería decir. El lento molusco de su lengua se movía en un marasmo de resonancias pero no encontraba. Seguía hablando y asomaban palabras y despalabras, paladeando, toqueteando los dientes, los bordes de lo labios, pero ninguna era ésa; la que al final, cuando su molusco se quedó dormido, salió de la cavidad bucal, pez que no mordió el anzuelo, y se fue a retozar al limbo de lo no dicho.
24.4.09
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