30.9.08

Día 86. (300908)

Trayecto

Una rata de campo salió del pastizal de un terreno baldío rumbo a San Felipe del Agua. Inmediatamente se hizo pájaro y se elevó en el aire haciendo una espiral. Ya en el árbol fue ardilla por un momento, pero después no era tal, sino una hoja amplia y verde oscura, recogida sobre sí misma. No estaba soñando, es nada más que acepto lo extraordinario sin mayores trámites.

29.9.08

Día 85. (290908)

Oda a los chimeneros de Santa Lucía

Las ladrilleras son pequeños hornos rústicos de cuatro paredes hechos de los mismos ladrillos que producen. Tienen el tamaño de un cuarto pequeño y están negreadas por el humo. Alrededor de ellas se apilan hileras e hileras de ladrillos, laberintos de un rato que esperan hasta ser transportados a otra parte. Volcanes momentáneos, se elevan sus espesas columnas de humo negro: ferrocarriles inmóviles del siglo diecinueve, entradas al infierno, tras sus puertas una larga escalinata en espiral conduce a las entrañas de fuego de la tierra. Archipiélago de ruinas, se encuentran salpicadas como manchas a ambos lados de la avenida Lázaro Cárdenas que antes se llamaba Camino Nacional. Las casas y edificios construidos con sus propios ladrillos las han rodeado y no tienen ya escapatoria alguna. Son persistencias de una época preindustrial encimada a los tiempos posmodernos. Rodeadas de los hoyancos de donde sacaban su materia prima son los restos de una ciudad bombardeada que sigue incendiándose periódicamente. De acuerdo a la dirección del viento, de pronto nos vemos envueltos en un aire ennegrecido que anuncia el meteorito que aún no nos ha alcanzado. Cuando la tierra entera sea un desierto nevado continuarán encendidas sus chimeneas como faros en la medianoche.

28.9.08

Día 84 (280908)

Supervivencia

Hay tres situaciones que el profeta Oseas considera como momentos decisivos que señalan nuestros estados de vida. La primera, dice, es que “si huyes, eres la presa”. La segunda: “si tú persigues, el otro es la presa”. La tercera y última es que “si soy yo quien te acorrala —continúa— tú eres mi presa, y ya empiezas a pertenecerme”. La mayoría piensa que estas sentencias son apócrifas. Como quiera que sea, la primer enseñanza dio lugar a las teorías de la personalidad, a la historia, a las revoluciones, y a la simulación democrática. La segunda a los sistemas totalitarios, a los cuerpos policíacos, a los confusos sistemas de justicia y a todos los impulsos anales de control. La tercera a la teoría política, a sus vocingleras prácticas, al arte de la guerra, y al del amor, así como a los medios de comunicación como instrumento mercantil. Si son o no apócrifas, es ya irrelevante; en todo caso han ayudado a mantener la leyenda de las contradictorias enseñanzas de Oseas, que tanto interesaron a surrealistas, ajedrecistas y extraviados de Dios.

27.9.08

Día 83. (270908)

Encuentro de trapecistas

Las ardillas se quedaron. Se las ve pasar atareadas por la parte alta de los muros, saltar hacia las ramas de los árboles, y también las he visto descender por la pared, cabeza abajo, para explorar los frutos del granadal. Cuando los gatos —que comparten con ellas las alturas—, las encuentran en su camino, se quedan un poco atónitos. Las ardillas emiten entonces una especie de ladrido, entre grito y tos, que los gatos parecen comprender con claridad pues se apartan, aunque no muy convencidos. Si fuera una fábula los ladridos serían una airada explicación acerca de que en realidad las ardillas son perros. A los gatos, naturalmente, no los engaña el olor; pero acostumbrados al alimento preparado y a las sobras, en realidad no tienen ganas de discutir con acróbatas histéricas, así que se van a otro lado a seguir la siesta.

26.9.08

Día 82. (260809)

Parsimonia

Envuelta en algodones hechos girones a tramos, la sierra no llora. Sólo espera sentada y sin prisa a que deje de llover.

25.9.08

Día 81. (250908)

Los pies en la cabeza

En Oaxaca hay un pulpo que se extiende por las calles. Los periódicos ponen en sus encabezados: “el pulpo”. Sobran motivos para tenerle miedo, pero es un mal necesario. Otro día hablaremos de los males innecesarios.

24.9.08

Día 80. (240908)

Papel cebolla

Como una postal, como un mapa, como un plano minucioso, la ciudad forma parte de un álbum de innumerables páginas, idénticas una a otra, salvo que en una de las páginas creemos que es una ciudad, en otra es un museo, en otra un laberinto, una prisión, un montón de ruinas arqueológicas, una fotografía satelital, los 9 círculos del infierno de Dante, una película, un noticiero, una pesadilla, un banquete, una sucursal de MacDonalds, un portal de internet. En todas las páginas estamos todos y somos los que somos y en ninguna acabamos de encontrarnos, ni acabamos de perdernos. Nuestra levedad espanta. Por suerte no nos damos cuenta de eso y vivimos como seres con peso y con realidad concreta.

23.9.08

Día 79. (230908)

Desencuentro

Un taxi obediente. Se detuvo con el semáforo en rojo. Pulcro y comedido taxi. El semáforo, desconcertado, le hizo señas de que se pasara. Era un semáforo que creció bajo la norma de que los taxis se pasan los altos. El taxi no le hizo caso, al semáforo, como era de esperarse.

22.9.08

Día 78. (220908)

Restos

Encontraron un fósil, casi humano, pero estaba vivo, y dicen que gobierna. Dicen.

21.9.08

Día 77. (210908)

Estaciones

Mucha lluvia. Y luego, este frío nuevo que desde el suelo sube de nivel hasta alcanzarnos en la boca y los oídos, hasta cubrir los lugares más altos de la ciudad. Aquí estamos, peces sin azoro caminando bajo el lago de frío del aire. Claro que, en realidad, el sol nunca nos abandona. Nuestros fríos son siempre otra forma de la primavera.

20.9.08

Día 76. (200908)

Fieles difuntos

Ya huele a muertos, dicen, pero lo que están diciendo es que ya se siente en el aire y en la premonición del frío, la llegada de noviembre.

19.9.08

Día 75. (190908)

Alquimia

Hay unos postes, por toda la ciudad, pintados de color naranja, cuyo fin es iluminar las calles de noche. Tienen en la base, en forma trapezoidal, una cajita con una puertita. Nadie sabe quién dispuso, previsoramente, retirar la puertita para que los peatones que no encuentran donde tirar la basura (ya que sólo en el centro hay botes para eso) la tiren ahí. La basura luce muy contenta, en ese lugar; pero me cuentan que es un proyecto de avanzada para reciclarla produciendo la energía eléctrica que enciende la lucecita arriba, en las lámparas de los postes a las que, hasta les provoca sueños.

18.9.08

Día 74 (180908)

Taquicardias

La taquicardia no es una enfermedad, en sí misma; pero puede ser el síntoma de varios desórdenes. Uno de ellos, la presión alta. El nombre mismo de la palabra ya anuncia de que se trata: es un tartamudeo del corazón: t-k-k, t-k-k, t-k-k. La taquigrafía, en cambio (t-k-gr, t-k-gr, t-k-gr), aunque daña al corazón, anida en otro lado. En el afectado de taquigrafía la mano enloquecida garabatea a sobresaltos, epilépticamente, ahogándose, hasta que se desploma exangüe sobre la playa blanca del papel. Parece que todo queda ahí; pero no, porque momentos después el ataque taquigráfico sube por el brazo, atraviesa el cerebro, rayoneándolo, y baja al corazón en donde, como podría esperarse, lo parte de un tachón. Anida al final en el centro ciego de furia ciega del paciente —o la paciente—, ahí, en la vesícula biliar, cerca del hígado, afectando una parte del estómago y por fin vacía su frenesí grafítico en la vesícula biliar, descansando, poco a poco, bajo la forma de minúsculos prismas pétreos cada séptimo día, como en la creación, y entonces descansa, la taquigrafía.

17.9.08

Día 73. (170908)

Parábola de la avispa y de la oruga

El profeta Oseas hablándole al desierto dijo que la dificultad de los cambios no consiste en luchar contra el tirano, sino contra las ideas del tirano que sin saberlo hemos hechos nuestras; tal como sucede con esa avispa que pone sus huevos en el interior de una oruga viva, la cual es devorada lentamente desde adentro por las larvas que la habitan, hasta que no es ya más una oruga, sino algo seco y muerto, que abandonan las avispas para infestar a su vez a más y más orugas.

16.9.08

Día 72. (160908)

Día de la independencia

“Ojos que no ven corazón que no siente”: refrán mexicano de budismo zen.

15.9.08

Día 71 (150908)

Democracia

Aunque es parte inevitable del día tras día en el que vivimos (igual al borracho, al alacrán o al perico), se sigue rechazando la propuesta de incluir la carta de “el político” en el juego de la lotería, porque se teme que en cuanto aparezca, secuestrará de inmediato las casillas acabando con el juego, con las semillas y con todas las demás cartas.

14.9.08

Día 70. (140908)

Definición de realidad

Primero está una malla de alambre sobre la que hay ropa tendida al sol. Tras la malla, una pequeña refaccionaria automotriz con 5 ó 6 escalones para llegar a ella. A su alrededor, un terreno invadido de plantas de baldío. Me imagino que también debe haber un espacio de vivienda. Lo que es este lugar, me doy cuenta de pronto, es una orilla de la realidad. Si paso la malla y subo los escalones lo único que voy a conseguir es que la refaccionaria exista y que la realidad se extienda más. Miro hacia el otro lado: vía de 8 carriles, camellón en medio, luego puro campo y muy al fondo las montañas siempre.

13.9.08

Día 69. (130908)

Clase de literatura

Está la epopeya sumeria de Gilgamesh. En algún momento Gilgamesh va a buscar a Un-Napishti, quien aún ahora vive, sin duda, pues es inmortal. Es también un antecedente de Noé, el diluvio y el arca. Va a buscarlo entonces para pedirle el secreto de la inmortalidad que, a fin de cuentas, consiste en una planta que Un-Napishti conserva en el fondo de un estanque. Tal vez uno no se lo pregunte, pero sería bueno saber por qué esa precisa planta posee tal propiedad. Nos asomamos con Gilgamesh al estanque y vemos en el fondo verdoso del agua a la retorcida, abundante y extraña planta, parecida a una especie carnívora y prehistórica, entre animal y vegetal. Casi parece mirarnos con rencor. Eduardo Emmanuel González tuvo una revelación: la planta al fondo del estanque de Un-Napishti es inmortal, y transmite por lo tanto la inmortalidad, porque “mala yerba nunca muere”.

12.9.08

Día 68. (120908)

Bibliotecario

El papel es comestible, pensó el director de la Biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca. Es un soporte de la memoria. Pero, por otra parte, es necesario olvidar, ya que la mente no es un mero almacén de datos, sino un procesador de reinvenciones. Por tanto hay que asegurar, se dijo, la desaparición del papel impreso para dejar que la imaginación se renueve. Día tras día, en los miles de volúmenes de la biblioteca, dibujó un ratón en la esquina de alguna página de cada libro para que, llegado el momento, poco a poco, cada uno de ellos consumiera su porción hasta dejarla convertida en materia sin memoria, en bolo alimenticio, en carbohidratos y minerales, en vitamina ce, y por último, en deshechos a barrer cada mañana por los encargados de la limpieza en turno.

11.9.08

Día 67. (110908)

Pesadilla en la central de abastos

Llegaba a un puesto de flores, su mamá. Había gruesos rollos de diferentes tipos. Pidió unas blancas señalándolas, pero la señora le acercaba un ramo que no era el indicado. Pasó una vez, dos veces, diez veces, más veces, pero ni su mamá ni la señora del puesto podían dejar de hacer lo mismo, trabadas como un juguete de cuerda dando vueltas sobre sí mismo. Intervino metiéndose al puesto y tocando con el dedo las flores que había estado pidiendo su mamá: “éstas, éstas”, dijo enfadada, “estas son las que le está pidiendo”. “Ah, éstas...”, dijo la señora. “No: estas no se venden”. Le dio tanta rabia, que iba a abrir la boca para reclamar cuando despertó de pronto. Todavía alcanzó a oír a la señora del puesto decirle desde allá: “Marchante, mejor váyase a soñar a otro lado”.

10.9.08

Día 66. (100908)

Panaderos

Inician su trabajo cuando la mayor parte de nosotros está por acabar el día. Amasan, mezclan los ingredientes, hornean la noche despacio mientras los soñamos.

9.9.08

Día 65. (090908)

Tarea

Lo más difícil ya está hecho; ahora sólo faltan 300 minificciones más. Sería bueno contar con una salida de emergencia, por si acaso.