29.9.08

Día 85. (290908)

Oda a los chimeneros de Santa Lucía

Las ladrilleras son pequeños hornos rústicos de cuatro paredes hechos de los mismos ladrillos que producen. Tienen el tamaño de un cuarto pequeño y están negreadas por el humo. Alrededor de ellas se apilan hileras e hileras de ladrillos, laberintos de un rato que esperan hasta ser transportados a otra parte. Volcanes momentáneos, se elevan sus espesas columnas de humo negro: ferrocarriles inmóviles del siglo diecinueve, entradas al infierno, tras sus puertas una larga escalinata en espiral conduce a las entrañas de fuego de la tierra. Archipiélago de ruinas, se encuentran salpicadas como manchas a ambos lados de la avenida Lázaro Cárdenas que antes se llamaba Camino Nacional. Las casas y edificios construidos con sus propios ladrillos las han rodeado y no tienen ya escapatoria alguna. Son persistencias de una época preindustrial encimada a los tiempos posmodernos. Rodeadas de los hoyancos de donde sacaban su materia prima son los restos de una ciudad bombardeada que sigue incendiándose periódicamente. De acuerdo a la dirección del viento, de pronto nos vemos envueltos en un aire ennegrecido que anuncia el meteorito que aún no nos ha alcanzado. Cuando la tierra entera sea un desierto nevado continuarán encendidas sus chimeneas como faros en la medianoche.