Supervivencia
Hay tres situaciones que el profeta Oseas considera como momentos decisivos que señalan nuestros estados de vida. La primera, dice, es que “si huyes, eres la presa”. La segunda: “si tú persigues, el otro es la presa”. La tercera y última es que “si soy yo quien te acorrala —continúa— tú eres mi presa, y ya empiezas a pertenecerme”. La mayoría piensa que estas sentencias son apócrifas. Como quiera que sea, la primer enseñanza dio lugar a las teorías de la personalidad, a la historia, a las revoluciones, y a la simulación democrática. La segunda a los sistemas totalitarios, a los cuerpos policíacos, a los confusos sistemas de justicia y a todos los impulsos anales de control. La tercera a la teoría política, a sus vocingleras prácticas, al arte de la guerra, y al del amor, así como a los medios de comunicación como instrumento mercantil. Si son o no apócrifas, es ya irrelevante; en todo caso han ayudado a mantener la leyenda de las contradictorias enseñanzas de Oseas, que tanto interesaron a surrealistas, ajedrecistas y extraviados de Dios.
28.9.08
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