12.9.08

Día 68. (120908)

Bibliotecario

El papel es comestible, pensó el director de la Biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca. Es un soporte de la memoria. Pero, por otra parte, es necesario olvidar, ya que la mente no es un mero almacén de datos, sino un procesador de reinvenciones. Por tanto hay que asegurar, se dijo, la desaparición del papel impreso para dejar que la imaginación se renueve. Día tras día, en los miles de volúmenes de la biblioteca, dibujó un ratón en la esquina de alguna página de cada libro para que, llegado el momento, poco a poco, cada uno de ellos consumiera su porción hasta dejarla convertida en materia sin memoria, en bolo alimenticio, en carbohidratos y minerales, en vitamina ce, y por último, en deshechos a barrer cada mañana por los encargados de la limpieza en turno.