4.4.09

Día 272. (040409)

Reloj de sol

El calor, durante el día, va aplastando al aire contra el suelo; lo pone espeso y ahí está, debajo de nuestras rodillas o más abajo, casi inmóvil, respirando apenas, aletargado como un reptil, encogido como un gato a la expectativa; pero en cuanto el sol se pierde detrás de los montes al fin lo suelta y corre, el aire, barriendo agobios y hasta penas. Entonces despertamos a la noche.