11.10.08

Día 97. (111008)

Parábola de la persecución de lo posible

Perseguido el sol por el lado por donde se mete, o sea más o menos por el lado donde está la Central de Abastos, Monte Albán y Atzompa, es precipitado hacia la noche. El sol. Pero, al mismo tiempo su perseguidor, digamos que atado a él con invisibles lazos de luz, en realidad lo remolca sin saberlo trayéndolo desde el otro lado, el lado del amanecer, por donde están el Tule —donde el árbol—, Teotitlán y Tlacolula, y así es como lo hace girar alrededor de la Tierra; de un modo parecido a como lo hacía el Apolo de los griegos. A diferencia de Apolo, a este perseguidor del sol lo mueve su constante insatisfacción por perseguir lo que está adelante, haciendo avanzar, sin embargo, lo que trae detrás.