30.11.08

Día 147. (301108)

Catecismo

Los siete pecados capitales son cinco: tú y yo.

29.11.08

Día 146. (291108)

Diligencia administrativa

Presentó un proyecto hace dos años. Lo primero que le dijeron antes de leer siquiera una idea fue: no hay dinero. Bien. Lo mandó a la subdirección general. Apareció, un día, en un escritorio. Tienen en esas oficinas unas orugas, de esas verdes, que para caminar llevan las patitas del final de su cuerpo a la cabeza, y luego se estiran. Avanzan como un centímetro por vez y éstas nunca, es claro, se convierten en mariposas. Uncieron, como se hace en el arado, el sobre del proyecto a la oruga. Ésta comenzó a caminar transportándolo. Les resulta imposible avanzar en línea recta, así que su ruta es tortuosa y laberíntica, imprevisible; desandan el camino, se detienen excesivamente a comer papel y a pensar en estar en otro lado y en hacer otra cosa. Meses después había llegado a otro escritorio (ya habían sido consumidas para este fin unas tres o cuatro orugas). Espoleando un poco, enviaron otras más para continuar. Meses más tarde el sobre llegó a otro escritorio, y luego a otro en otros tantos meses. Al final, considerando que la burocracia vence por agotamiento a los solicitantes, nadie supo en qué parte del archipiélago de escritorios naufragó, íngrima y consumida, la última oruga disponible para la tarea asignada, o acaso alguien decidió que no valía la pena atentar contra el derecho-a-no-leer de un funcionario Equis.

Día 145. (281108)

Diálogo

—Quéonda güey.
—Nada güey.
—¿Ya saliste güey?
—Sí güey, ¿y tú güey?
—No: también güey.
—¿Tons qué güey?
—¿De qué o qué güey?
—¿Hacemos onda en la tarde, güey?
—Ora, güey, sí.
—¿Qué hacemos eh, güey?
—No sé güey, nada.
—¿Va güey, a qué horas?
—Ps cuando sea, güey.
—Va, güey.
—Va, güey; aquí me bajo güey, nos vemos, ¿no güey?
—Le caes güey.
—Simón güey.

27.11.08

Día 144. (271108)

Ensayo para mapa rítmico de nombres dispersos en los letreros de los autobuses urbanos de la ciudad de Oaxaca

Santa Rosa San Martín Mexicapan Periférico Monte Albán Hospital Issste C.U. 5 Señores Cuarteles Santa Lucía Santa Cruz SEP Ixcotel Monumento Xoxo Teletón Santa Rosa Reyes Mantecón 1ra Etapa Gigante VW IMSS Volcanes San Felipe Av. Juárez Centro Experimental Vigueras.

26.11.08

Día 143. (261108)

En donde habla el mismo Malcolm Lowry

“—... Oaxaca
... La palabra era como un corazón que se quebraba, un repentino repicar de palabras sofocadas en medio del vendaval, últimas sílabas de un sediento que agoniza en el desierto.”
(Bajo el volcán)

25.11.08

Día 142. (251108)

Homeopatía

No cae mal de vez en cuando una buena terapia de gritos por la mañana. Nos recuerda que el monstruito que traemos dentro somos también nosotros, y ayuda, si lo usamos medicinalmente, a entendernos mejor con el mundo.

Día 142. (251108)

Homeopatía

No cae mal de vez en cuando una buena terapia de gritos por la mañana. Nos recuerda que el monstruito que traemos dentro somos también nosotros, y ayuda, si la usamos medicinalmente, a entendernos mejor con el mundo.

24.11.08

Día 141. (241108)

Andanzas

La nueva Alameda de León a muchos no les gusta. A lo mejor es porque dicen que estas obras públicas le son concedidas al hermano del gobernador. Quién sabe. A mí me gusta lo primero y me parece malo lo segundo, si es que es cierto. Los restaurantes alrededor también han cambiado: tienen aire de escaparates turísticos. No todos. El Bar Jardín se mantiene idéntico a sí mismo y creo que el Asador Vasco también. Había un Restaurante del Tule en el piso de arriba, en donde ahora está La Casa de la Abuela, que era parte de un Oaxaca en donde aún estaba algo de los días en que Malcolm Lowry pasaba por aquí. Su fantasma displicente ya no anda por estos lados, es cierto. Se mantiene a distancia en las inmediaciones de La Farola, que también ha sido transformada, y tanto, que ni siquiera se asoma por ahí. Por suerte quedan mezcalerías y fondas que le son propicias, y es en donde todavía, con un poco de suerte, puede vérsele por las noches. Nunca falla el dos de noviembre, entre otras cosas porque, a su manera, celebra “bajo el volcán”, aunque sería mejor decir Bajo el Volcán. Habla español, así que es fácil conversar con él, y mucho más andando enmezcalado.

23.11.08

Día 140. (231108)

Doble fraude

Aparte de su función decorativa, los autoelogios de un informe de gobierno sirven para no sentir el efecto de los temblores y otros fenómenos.
Su objetivo no es la verdad, sino la disolución de la realidad. Sin embargo, queriendo no mostrar, son tan transparentes como una radiografía. Todos sabemos interpretarlos: sustituimos los adjetivos pomposos y los sustantivos indecorosos por sus contrarios.
¿Las cifras? Las cifras sólo muestran la parte de nuestros impuestos que nos dejan ver.
El problema no es que no lo sepamos, sino la clase de personas en que nos hemos convertido por tolerar esto y más. Lo bueno es que tenemos suficientes entretenimientos como para creer que lo que vivimos no es asunto nuestro.

22.11.08

Día 139. (221108)

Reloj

Bomba doméstica de efecto lento pero contundente.

21.11.08

Día 138. (211108)

Flor caracol

Flota en el agua de la cubeta. Está echa de caracoles que se adhieren entre sí con sus cuerpos de labios ávidos y posesivos.

20.11.08

Día 137. (201108)

Costalismo enigmático

Hablaba de ese costal como si estuviera afuera de él, pero en realidad estaba haciendo una nueva copia del mismo costal desde adentro. Visto así, el costal era un capullo que daría a luz a otro costal.

19.11.08

Día 136. (191108)

Títere de palabras

Dice lo que dicen otros pero no sabe nada de lo que dicen, y lo que dice no sabe a nada, porque no es él quien lo dice. Censura y opina repitiendo lo que dice la voz que él escucha. Duerme, pero no sueña.

18.11.08

Día 135. (181108)

La cabalgata de las valquirias

Desde las baldosas del patio unos cuantos de los muchos caracoles sorprendidos en diferentes partes del jardín inician su regreso a la humedad y a la sombra de las macetas en donde vivían adheridos, lado a lado unos con otros, como floraciones minerales. Iban dejando un sutil rastro de baba y levantaban las orgullosas cabezas, arqueándolas con sensualidad de mujer. Seres mágicos, ni más ni menos, con los cuernos fantásticos extendidos. Tras ellos iba su carruaje vistosamente decorado en espiral.

17.11.08

Día 134. (171108)

Ejercicios de originalidad

No, lagartijas no, todos hacen lagartijas. Ya: brincaba hacia el techo tratando de quedarse pegado en él con la palma de las manos; cuando lo consiguió, en lugar de lagartijas, quiso empujar el techo hacia arriba; cuando pudo hacerlo, se dio cuenta de que en el fondo seguía haciendo lo mismo, entonces decidió entrenar escupiendo palabras hacia el suelo para levantarse de éste. Cuando no lo logró, ya afónico, se puso a hacer “moscas”, en lugar de lagartijas, y batió los brazos lo más rápido que pudo. Era duro, pero no sabía si era original o no. Se olvidó por fin del asunto, sin embargo inventó los zapatos para las manos, que cuentan con un montón de dispositivos hidráulicos y electrónicos que ayudan a mantener el cuerpo al revés y que pocos usan debido a que ocasiona fuertes tortícolis. Aún así, ver el suelo tan de cerca mientras se camina, es un horizonte muy nuevo.

16.11.08

Día 133. (161108)

Descorazonada

Oseas, en un comentario no evangélico, dijo otra cosa que había oído en otro lado siglos y siglos atrás: que sólo la muerte existe y que lo demás no es más que un sueño de Dios. Uno malo, agregó apocalíptico, se sonó la nariz y fue a dormirse un rato entre los bultos de ropa de la Central de Abastos, acá, más o menos cerca.

15.11.08

Día 132. (151108)

Corazonada

Si la vida es natural, la muerte es artificial, le dijo, se le torció el tobillo y se cayó, los que estaban de pie cayeron sentados, los que estaban sentados dejaron de estarlo, en todos lados, en todo el mundo, por un momento. Los que estaban dormidos cayeron en sus sueños, o rodaron del lecho. No es que fuera verdad, es sólo que, ay, andábamos desprevenidos.

14.11.08

Día 131. (141108)

Personaje

Camina por las páginas de las calles y poco a poco se va fundiendo, como una plastina que regresa a la barra. Quien lo imaginó tiene la culpa, es seguro, porque de por sí ese alguien debe tener una existencia insuficiente. Esta es al menos la explicación científica (aunque también hay otras).

13.11.08

Día 130. (131108)

Beso con sed

Debajo de los Tabachines frente a Santo Domingo ella era una olla de barro llena de agua y él bebía de sus labios tomándole la cara con las dos manos. Se iba vaciando, ella, y con eso, se iba llenando también. Eran las tres de la tarde. Estaban mordiéndose los cuerpos. Tal cual. El campanario quería sonar de ver tantas ganas. Los demás pasábamos como ojos.

12.11.08

Día 129. (121108)

Amnesia

El taller mecánico va olvidando coches en las calles que le quedan cerca. Las llantas se les ponchan, se descuadran, se cubren de sucesivas capas de polvo, lluvia y ventoleras. Algunos sirven para grafittis espontáneos hechos con el dedo. Nadie, ni los mecánicos, saben ya qué hacer con ellos. Seguro hay una epidemia de olvidos y sus dueños ni siquiera recuerdan que tuvieron auto, o que sabían manejar, o que vivían en esta ciudad. Más sensatos, sus coches se atienen a la máxima budista de que sólo lo que está es, o al revés. Aún así, parecen desanimados, los coches. Sin embargo, aunque parezca mentira, aman no moverse.

11.11.08

Día 128. (111108)

Inercia

Obediente y aplicado, asiste a los ritos del encuentro, de la colaboración y del deber. Asume que existen, tales ritos, y que son como son y que no podrían ser de otra manera. Pero es su fe y su participación lo que hace que las cosas sean lo que son. La verdad es que todo eso apenas si tiene peso. Un día estornudó encima y cientos de pedazos se salieron de su lugar para angustia de los fieles creyentes. Por sí mismas, las partes dispersas volvieron a caer en su lugar, casi con precisión, y casi momentáneamente. Nadie aprovechó el momento para cambiar la forma del tablero de juego. Por lo pronto decidieron prescindir de la nariz, visto que los estornudos tenían el potencial de remover tan violentamente el pequeño orden con el que contaban de antemano y que, por lo menos (dicen) da tranquilidad.

10.11.08

Día 127. (101108)

Celulitis

No era el celular, sino que platicaba a manos libres con sus fantasmas.

9.11.08

Día 126. (091108)

Metáfora

Amaba el silencio. Se resignaba a sólo tener un poco, a ratos. Aún así, se compró en la Central de Abastos una jaula para pájaros. Pensó que con su canto le alegrarían el día. Al final se decidió por una solución intermedia y prefirió una música de otra clase: puso adentro de la jaula a una flor en su maceta.

8.11.08

Día 125. (081108)

Mercadotecnia

A falta de algo mejor los periódicos de aquí están contentos. Desde hace varios días ocupan sus encabezados con la noticia del accidente aéreo con variaciones que parecen episodios: que si murió en el avionazo el secretario de gobernación, que si el avión cayó así, que si fue por esto o por lo otro, que si su guardia personal y otras biografías. En fin, es su manera de procurar nuestro entretenimiento y sostener sus ventas.

Día 124. (071109)

Cenzontle

Más que un ave es un cantante de ópera vocalizando a todo pulmón. Sin micrófono sube y baja todas las escalas como un funambulista danzando sobre su tensa cuerda. Parece existir sin la angustia del esfuerzo, como si respirar y cantar como lo hace fueran para él lo mismo: pan comido. Su voz se expande por metros y metros cúbicos de aire sobre el mosaico de ruidos de la ciudad. Es un poderoso río de luces que resuenan por encima de las azoteas. En el bosque húmedo de Sierra Juárez era una orquesta de metales en una sala de conciertos. Si la aurora boreal fuera un pájaro sería el cenzontle.

6.11.08

Día 123. (061108)

Loquita celular

Anda por la calle. Sube a los camiones. Trae un teléfono celular en la mano y está conectada a él por el cable del audífono y del micrófono. Habla incesantemente al vacío, sin ver a nadie. Discute airada. No le habla al celular, que mantiene en la mano como si mostrara una pequeña charola o una estampa religiosa. Nadie sabe si de verdad habla con alguien o si su teléfono siquiera sirve. Algunas veces, sin embargo, hace una pausa y parece escuchar. Contesta que sí, que va a colgar y que de inmediato va a hablarle a alguien más, pero no: sigue diciéndole al teléfono de los agravios que le causa el mundo, de la mala leche de los demás. Habla como en un rosario, en una letanía. Tal vez sea entonces una forma de rezar lo que hace y ya no ve en realidad a nadie aquí en la tierra, sino que conversa sólo con Dios. Todo el tiempo. O con el diablo. O con los dos. O con ellos dos adentro de ella.

5.11.08

Día 122. (051108)

Alquimia

El poeta norteamericano Gerard Stern leyó su poesía en Oaxaca, pero antes, pidió disculpas: a) por el muro en la frontera, b) por la guerra, y c) por el estúpido en la Casa Blanca. Así dijo. Sufría de pena ajena. Se agradece que alguien pida disculpas. No cambia los actos, pero se agradece, al menos, que una voz diga. Más crítica que disculpa, caen sus palabras en el pozo de los deseos, que como es sabido, es el lugar en donde confusamente va tomando forma lo que puede suceder. Por eso, diría el profeta Oseas en su estilo parabólico, no hay que dejar de alimentarlo: sólo así darán frutos las monedas. Oaxaca sabe bien de esto.

Día 122. (051108)

Alquimia

El poeta norteamericano Gerard Stern leyó su poesía en Oaxaca, pero antes, pidió disculpas: a) por el muro en la frontera, b) por la guerra, y c) por el estúpido en la Casa Blanca. Así dijo. Sufría de pena ajena. Se agradece que alguien pida disculpas. No cambia los actos, pero se agradece, al menos, que una voz diga. Más crítica que disculpa, caen sus palabras en el pozo de los deseos, que como es sabido, es el lugar en donde confusamente va tomando forma lo que puede suceder. Por eso, diría el profeta Oseas en su estilo parabólico, no hay que dejar de alimentarlo: sólo así darán frutos las monedas. Oaxaca sabe bien de esto.

Día 122. (051108)

Alquimia

El poeta norteamericano Gerard Stern leyó su poesía en Oaxaca, pero antes, pidió disculpas: a) por el muro en la frontera, b) por la guerra, y c) por el estúpido en la Casa Blanca. Así dijo. Sufría de pena ajena. Se agradece que alguien pida disculpas. No cambia los actos, pero se agradece, al menos, que una voz diga. Más crítica que disculpa, caen sus palabras en el pozo de los deseos, que como es sabido, es el lugar en donde confusamente va tomando forma lo que puede suceder. Por eso, diría el profeta Oseas en su estilo parabólico, no hay que dejar de alimentarlo: sólo así darán frutos las monedas. Oaxaca sabe bien de esto.

4.11.08

Día 121. (041108)

Morir un poco

Mientras lo velaban, en su casa, el muerto soltó un suspiro largo y abrió los ojos. Los que estaban ahí se quedaron pasmados. Algunas mujeres se pusieron a llorar como frente a un milagro. Lo llamaron por su nombre precautoriamente, con tono de interrogación, inseguros de que fuera él mismo. Se incorporó y pidió de comer. Tenía algodones en la nariz y apestaba a ungüentos medicinales. Tomó chocolate caliente con pan. De momento no se quiso dar un baño: no fuera a darle una congestión. Se puso a ver tele y en la noche durmió como un bendito. Su esposa igual cobró el seguro y recibió su pensión de viuda. “Lo que hay que hacer para dejar de trabajar”, decía él cuando alguien elogiaba su ventajosa condición de muerto.

3.11.08

Día 120. (031108)

Quimera

Mi gata, dijo enfadada la dueña, es una perra... Una mosca muerta, la muy zorra; pero la voy a mandar a volar.

2.11.08

Día 119. (021108)

Retratitos puntuales

Las caritas que ponen aquí en el pan de muertos me miran. Son tan frágiles, parecen tan tristes, a pesar de su sonrisa esbozada y de sus mejillas coloridas. Son pequeños vivos que no se quieren morir o son pequeños muertos que quisieran vivir. Ahítas de pan, de cualquier modo, el exceso de carbohidrato las hace dormilonas. No tienen más que hacer que quedarse ahí, hasta que nos comemos los panes. Después se mudan. Viven en diferentes rincones olvidados por nosotros, pero regresan al siguiente noviembre, repintadas y curiosas.

1.11.08

Día 118. (011108)

Las calaveras salen de sus tumbas

Remontan el suelo, suben sobre los dobleces de sus articulaciones, hacen clack, crick, crack, pac, tac, krrrc. Se trepan en zancos que las suben metro y medio más por encima del suelo, se visten con largas largas faldas de colores intensos y telas suntuosas, con pantalones de tres, de cuatro metros de largo. Se ven lujosas y fantásticas junto a los templos que las contemplan, bajo los faroles de la noche, las cuencas de los ojos grandes y oscuras. Caminan llenando la calle, en procesión. Bailan locas. Las acompaña la banda de música. Muchos instrumentos de aliento. Brillan dorados. Los vivos somos nada mientras pasan. Sentimos el cuerpo, sentimos el tiempo, estamos a la mitad. Esperamos. Siempre esperamos algo. De eso se trata.

Día 117 (311008)

Pan de Sierra Juárez

Un pan de muertos. De yema. Largo, sin azúcar espolvoreada encima, en su lugar: ajonjolí. Al fondo un sabor a anís. Más al fondo, a humo. Mucho más al fondo: a memoria.