27.3.09

Día 264. (270309)

Chat noir

Dícese de la sala de chat que transcurre en una oscuridad sin palabras, con velas tenues en las esquinas. Ahí, los chateantes ronronean, se lamen, se tocan y se sueñan. Despiertan cuando accidentalmente alguien pone una palabra; entonces descubren que están solos, pero no se desaniman: vuelven a empezar, entran de nuevo, buscan el olor, siguen su ruta —su rata— adivinatoria. No buscan al otro: se buscan a sí mismos en el otro y a veces, a ratos, a sorbos, se encuentran, y se suman a la oscuridad que son, a la oscuridad que somos. Cuando regresan, maúllan.