Descorazonada
Oseas, en un comentario no evangélico, dijo otra cosa que había oído en otro lado siglos y siglos atrás: que sólo la muerte existe y que lo demás no es más que un sueño de Dios. Uno malo, agregó apocalíptico, se sonó la nariz y fue a dormirse un rato entre los bultos de ropa de la Central de Abastos, acá, más o menos cerca.
16.11.08
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)