20.3.09

Día 257. (200309)

Cadáver vivo de un hombre muerto 2

Murió. Cerebral, corporal, biológica, científicamente, pero, su cuerpo, permanecía incorruptible, inodoro y suave. Parecía dormir, nada más. Lo dejaron en la casa. El hombre estaba muerto, no había duda alguna pero su cadáver persistía con una vida no orgánica. Una misteriosa vida de moléculas en tránsito, una vida mineral, una no vida, en realidad. Se movía; lento como una flor en crecimiento. Cambiaba de posición: de la horizontalidad mortuoria pasaba a una posición fetal más cómoda y humana. Doblaba una rodilla, tan lentamente que tardaba una semana, pero la doblaba. Cambiaba de lugar las manos, y también se deslizaba de su lecho hacia el suelo, sin caer de golpe, y de pronto amanecía acurrucado en la alfombra, casi bajo la mesita de la lámpara. Decían que era un milagro y lo dejaban estar con los vivos, al cadáver, claro, porque el hombre estaba y sigue estando convencidamente muerto.

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