6.7.08

Día 114. (281008)

Fábula de las palabras enfermas

Enfermaron, sí, las palabras, como en una canción de Cri Cri. Se envenaron de sí mismas. Se pusieron a caminar en círculo, a bailar todas las danzas de la Guelaguetza, el charleston, el slam, la salsa. El tango o el flamenco. No importa. Bailaron hasta eclipsarse. Hicieron click y crack. Se repitieron tantas veces, que las mentiras acabaron convirtiéndose en malas verdades y los errores en aciertos. ¿Qué nació de eso? Una fea: la Política, que no admite sus errores, que a todos roba, y que de la debilidad hace una falsa fortaleza. Pesa tanto que agota nada más pensarlo. Las palabras, tristes, se condolían. Los poetas las consolaron. Es así como aún permanecen entre nosotros. Para todo bien, y para todo mal (como el mezcal). Lo sabe bien el fantasma de Malcolm Lowry, que sonríe desde donde ningún burócrata lo alcanzará jamás.

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