Bubble Gum
El sol lo iba pegando al suelo como chicle, sol de calma chicha de las dos de la tarde, los coches vomitando su ruido de motores, todo un infiernito momentáno; sólo esperaba poder llegar a casa antes de quedar desparramado y pegajoso por las banquetas que lo veían pasar.
6.7.08
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