6.7.08

Día 29

Ley

Está el perro. Si la cadena que lo retiene es directamente proporcional al miedo de quien se acerca, el perro siempre podrá alcanzarlo y, eventualmente, morderlo. Sin embargo es bien sabido que perro que ladra no muerde. Entonces la cadena no tendrá sino la extensión de las intenciones del perro, que son más bien cortas, puesto que ladra cada vez que alguien pasa. Hecho este cálculo y acostumbrado a cómo funciona el mundo, cruzo la calle y paso lo más lejos posible. Doy gracias a la geometría, que sabiamente considera la idea de la distancia entre sus artilugios.

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